01/06/2024
Compartir la vía pública es una necesidad en nuestras ciudades y carreteras. Cada vez más personas eligen la bicicleta como medio de transporte, deporte o recreo. Esta creciente presencia implica una mayor responsabilidad para todos los usuarios de la vía, especialmente para los conductores de vehículos a motor, quienes deben estar atentos y adoptar prácticas seguras para proteger a los ciclistas, un grupo vulnerable ante un impacto. Comprender cómo prevenir accidentes y conocer las consecuencias de los mismos es fundamental para fomentar una convivencia vial armoniosa y segura.

Uno de los momentos más críticos en la interacción entre vehículos a motor y bicicletas es el adelantamiento. Realizar esta maniobra de forma inadecuada es una causa frecuente de incidentes, que pueden variar desde un susto hasta un atropello con consecuencias fatales. Para evitar el atropello de ciclistas, tanto si circulan solos como en grupo, es imprescindible dejar durante el adelantamiento una distancia de seguridad lateral suficiente. Esta separación no solo es una norma, sino una medida de respeto y protección. Una distancia lateral adecuada, generalmente establecida por la normativa de tráfico, permite al ciclista mantener su estabilidad sin sentirse presionado o en peligro por el vehículo que lo rebasa. Un mínimo de 1.5 metros es comúnmente recomendado y, en muchos lugares, legalmente exigido en vías interurbanas. En ciudad, aunque las velocidades sean menores, la precaución debe ser máxima, adaptando siempre la distancia a las circunstancias de la vía y el entorno.

La falta de espacio lateral puede desestabilizar al ciclista por el efecto del aire desplazado por el vehículo, obligarlo a desviarse hacia un obstáculo o, en el peor de los casos, provocar un impacto directo. Por ello, antes de iniciar el adelantamiento, asegúrese de tener visibilidad suficiente, de que no viene otro vehículo de frente y de que puede completar la maniobra dejando ese margen de seguridad. Si las condiciones no son las idóneas, es preferible reducir la velocidad y esperar el momento adecuado para adelantar.
Las Lesiones Más Comunes en Accidentes de Bicicleta
Los accidentes de bicicleta, o colisiones, ocurren con más frecuencia de lo que se podría pensar. Cada año, cientos de ciclistas lesionados buscan atención médica debido a percances relacionados con su actividad. Las lesiones por accidentes de bicicleta varían enormemente, desde abrasiones menores en la piel hasta lesiones graves que afectan permanentemente la salud y el bienestar de una persona. Para la mayoría de los ciclistas, ser lesionado es un contratiempo temporal; después de un período de curación, vuelven a sus bicicletas. Lamentablemente, este no es el caso en todos los accidentes de bicicleta. Muchos ciclistas sufren lesiones catastróficas de las que nunca se recuperarán por completo.
Lesiones Craneales y Traumatismos Encefálicos
Las estadísticas varían, pero entre el 25% y el 50% de todos los ciclistas lesionados sufren conmociones cerebrales u otros traumatismos craneales. Estas lesiones son responsables de más del 60% de las muertes en accidentes de bicicleta. Una lesión en la cabeza es un término amplio que describe una amplia gama de daños en el cuero cabelludo, el cráneo o el cerebro de una persona. A veces, una lesión en la cabeza se denomina lesión cerebral o lesión cerebral traumática (LCT), dependiendo de la gravedad. Las lesiones en la cabeza son una de las causas más comunes de muerte y discapacidad en adultos. Las lesiones leves en la cabeza incluyen golpes, contusiones y cortes menores. Las lesiones moderadas a graves incluyen conmociones cerebrales, cortes profundos, heridas abiertas, fracturas de huesos del cráneo, hemorragias internas y daño cerebral.
Una conmoción cerebral es un golpe en la cabeza que puede causar una pérdida de alerta o conciencia durante unos minutos o unas horas. El síndrome postconmocional puede manifestarse con síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, mareos, vértigo, sensibilidad a la luz o problemas de memoria. Un accidente de bicicleta también puede causar un hematoma intracraneal, un coágulo de sangre dentro o cerca del cerebro, que puede ser leve o grave y potencialmente mortal.
Aunque las personas que montan en bicicleta y otros participantes en deportes están en riesgo de sufrir lesiones en la cabeza, los ciclistas tienen más probabilidades de requerir una visita a un departamento de emergencias por una LCT. Según datos, los hombres mayores de 18 años y los niños de 10 a 14 años son los más propensos a sufrir una LCT relacionada con la bicicleta. Es por eso que los cascos bien ajustados son tan importantes para cada ciclista.
Lesiones de la Médula Espinal
Un ciclista que sufre un impacto en la columna vertebral puede sufrir fracturas en el hueso, daño nervioso o daño en los discos. Estas lesiones medulares a menudo causan cambios permanentes en la fuerza, la sensación y la función corporal de una persona por debajo de la ubicación de la lesión. El ciclismo y otras actividades deportivas y recreativas son responsables de aproximadamente el 10% de las lesiones de la médula espinal. La naturaleza del ciclismo deja a los ciclistas vulnerables a este tipo de lesiones, especialmente cuando hay vehículos a motor involucrados. En la mayoría de los casos, la lesión de la columna no es causada por el impacto del vehículo, sino por el ciclista siendo lanzado al pavimento duro o a la acera. Un buen casco de bicicleta que se ajuste correctamente puede ayudar a proteger contra algunas lesiones en la cabeza, pero ningún equipo de protección puede proteger a un ciclista de una lesión de la médula espinal.
Las lesiones de la médula espinal pueden ser devastadoras. Las personas con este tipo de lesión a menudo experimentan efectos mentales, emocionales y sociales. Las lesiones de la médula espinal pueden causar diferentes síntomas, que incluyen:
- Pérdida de movimiento
- Pérdida de sensibilidad
- Pérdida de control de la vejiga o el intestino
- Función sexual alterada
- Dolor por daño nervioso
- Problemas respiratorios
En algunos casos, una lesión de la médula espinal puede ser fatal. La parálisis por una lesión de la médula espinal se denomina tetraplejia o cuadriplejia (cuando los brazos, manos, tronco y piernas de una persona están afectados) o paraplejia (cuando todo o parte del tronco y las piernas de una persona están afectados). Más hombres sufren lesiones de la médula espinal que mujeres. En los Estados Unidos, los hombres sufren aproximadamente el 80% de todas las lesiones traumáticas de la médula espinal. Más del 50% de estas lesiones ocurren en hombres de 16 a 30 años.
Lesiones Faciales
Cuando un conductor descuidado choca contra una bicicleta o se interpone repentinamente en el camino de un ciclista, el impacto puede hacer que el ciclista golpee su cara contra la potencia o el tubo de dirección de la bicicleta, el coche o el pavimento. El ciclista lesionado puede sufrir cortes y contusiones faciales y fracturar cualquiera de los 14 huesos de la cara. Las lesiones faciales comunes que sufren los ciclistas incluyen:
- Nariz rota: La nariz sobresale más allá de otras características faciales y es probable que se fracture después de un choque. Una nariz rota puede ser dolorosa y causar desfiguración, problemas respiratorios, problemas sinusales, apnea del sueño y, en algunos casos, pérdida del sentido del olfato.
- Mandíbulas rotas o dislocadas: Al igual que la nariz, el hueso de la mandíbula sobresale y es susceptible de fractura o dislocación durante un accidente de bicicleta. Una mandíbula rota puede necesitar ser inmovilizada con alambres durante semanas, obligando a la víctima del accidente a consumir solo líquidos.
- Lesiones oculares: Un accidente de bicicleta puede causar trauma ocular e incluso pérdida de la visión.
- Lesiones dentales: Los dientes pueden astillarse, romperse o caerse por completo en un accidente de bicicleta. El trabajo dental es doloroso y costoso, especialmente si se necesitan implantes o carillas. Además, el trabajo dental a menudo solo es semipermanente y puede necesitar reemplazo con el tiempo.
Además, los ciclistas pueden sufrir fracturas de pómulos y fracturas orbitales. Un golpe en la cara puede causar daño nervioso temporal o permanente. Los cortes y rasguños que no se tratan pueden infectarse. Las laceraciones faciales pueden resultar en cicatrices permanentes, incluso si la lesión no requirió puntos, y pueden requerir múltiples cirugías reconstructivas o de revisión de cicatrices, dependiendo del tipo y la gravedad de la lesión. Los estudios muestran que los cascos de bicicleta pueden ayudar a reducir las lesiones faciales entre los ciclistas, especialmente en accidentes que involucran coches y otros vehículos a motor.

Huesos Rotos
Los ciclistas que circulan por las calles tienen partes del cuerpo expuestas que son vulnerables a lesiones por impacto, incluidas las fracturas. Los huesos específicos que se rompen con mayor frecuencia en accidentes de bicicleta son:
- Clavícula: Un ciclista que extiende un brazo para amortiguar una caída puede sufrir una fractura de clavícula. La clavícula es el hueso con más probabilidades de romperse en un accidente de bicicleta. Las opciones de tratamiento van desde la inmovilización en un cabestrillo hasta la cirugía que requiere la inserción de una placa de metal y tornillos.
- Manos, muñecas y dedos: Los delicados huesos de una mano o muñeca pueden romperse cuando un ciclista intenta amortiguar su caída con una mano.
- Caderas y pelvis: Un ciclista puede sufrir una fractura de cadera o pelvis al ser golpeado por un coche o después de una caída dura en la carretera.
- Fémures: El fémur, también conocido como hueso del muslo, es el hueso más grande del cuerpo humano. Muchos ciclistas que sufren una fractura de fémur requieren cirugía para reparar el daño. Las complicaciones postquirúrgicas, que no son infrecuentes, incluyen infecciones y coágulos de sangre que pueden llevar a accidentes cerebrovasculares.
- Brazos: Una caída de la bicicleta puede causar una fractura en uno de los tres huesos del brazo: el húmero, el cúbito o el radio.
- Pies y tobillos: Los pies de un ciclista son especialmente vulnerables en un choque de bicicleta. Cada pie consta de 26 huesos delicados que pueden romperse o aplastarse fácilmente. Además, hay que tener en cuenta que los pies de un ciclista a menudo están sujetos o enganchados a los pedales. Como resultado, los pies del ciclista mantienen una posición específica, incluso cuando un impacto de un accidente obliga al resto del cuerpo del ciclista a moverse de manera contraria.
Los ciclistas a veces se rompen otros huesos, como las costillas y los huesos del cuello y la espalda. No es inusual que un ciclista se rompa varios huesos en un solo accidente. Los huesos rotos tienen el potencial de perforar órganos internos. Por ejemplo, una costilla fracturada puede perforar un pulmón y convertir una fractura ósea en una situación potencialmente mortal. Existen cinco tipos de fracturas óseas, que van desde una fractura simple que casi siempre se cura por completo hasta una fractura compuesta en la que el hueso perfora la piel. Casi siempre se necesita cirugía para reparar una fractura compuesta. La inserción quirúrgica de placas, tornillos y otro hardware a menudo es necesaria para reparar huesos rotos. A veces, este hardware se retira, pero a veces se deja dentro del cuerpo. Desafortunadamente, las personas que caminan con hardware implantado son propensas a la artritis y otros problemas articulares. No es inusual que los niños ciclistas se rompan un brazo, una pierna u otro hueso en un accidente de bicicleta. Si bien muchas personas piensan que los niños son resistentes y se curan rápidamente, un hueso roto puede ser un problema importante en un niño. Si se daña una placa de crecimiento óseo, puede impedir el crecimiento natural de un brazo o una pierna, requiriendo múltiples cirugías.
Tabla Resumen de Lesiones Comunes
Tipo de Lesión | Características Principales y Riesgos |
---|---|
Lesiones Craneales | Conmociones, LCT, Hematomas. Alto riesgo de muerte y discapacidad permanente. Casco esencial. |
Lesiones Medulares | Fracturas, daño nervioso/discal. A menudo permanentes, pueden causar parálisis (tetraplejia, paraplejia). No prevenidas por casco. |
Lesiones Faciales | Nariz, mandíbula, ojos, dientes, pómulos. Dolor, desfiguración, problemas funcionales (respiración, visión, nervios), cicatrices. Casco puede ayudar. |
Fracturas Óseas | Clavícula, manos, pies, fémur, etc. Varían en gravedad (simple a compuesta). Riesgo de daño a órganos internos. Puede requerir cirugía y hardware. |
Preguntas Frecuentes
¿Cuál es la distancia segura para adelantar a un ciclista?
Debe dejar una separación lateral de seguridad suficiente, generalmente un mínimo de 1.5 metros en vías interurbanas, para no comprometer su estabilidad ni atropellarle.
¿Qué lesión es la causa principal de muerte en accidentes de bicicleta?
Los traumatismos craneales son responsables de más del 60% de las muertes en accidentes de bicicleta.
¿Protege el casco contra todo tipo de lesiones graves?
El casco es crucial para proteger contra traumatismos craneales y puede ayudar a reducir lesiones faciales, pero no ofrece protección contra lesiones de la médula espinal.
¿Son los niños más propensos a sufrir lesiones en la cabeza al montar en bicicleta?
Los niños de 10 a 14 años se encuentran entre los grupos más propensos a sufrir lesiones cerebrales traumáticas (LCT) relacionadas con la bicicleta, junto con los hombres mayores de 18 años.
¿Qué hueso se rompe con más frecuencia en un accidente de bicicleta?
La clavícula es el hueso que con más probabilidades se rompe en un accidente de bicicleta, a menudo cuando el ciclista intenta amortiguar una caída con el brazo extendido.
En conclusión, la seguridad de los ciclistas en la vía depende de la conciencia y el respeto mutuo. Los conductores tienen la responsabilidad crucial de realizar maniobras como el adelantamiento con la debida precaución y dejando la distancia de seguridad necesaria. Por otro lado, conocer las lesiones más comunes y graves que pueden resultar de un accidente de bicicleta subraya la importancia de las medidas de protección personal, como el uso del casco, y la necesidad de extremar la precaución. Fomentar una cultura de respeto y seguridad en las carreteras beneficia a todos y ayuda a prevenir los dolorosos y a menudo devastadores resultados de los accidentes de bicicleta.
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