13/03/2025
El automovilismo está lleno de historias de rivalidad, ingeniería brillante y hazañas legendarias. Pocos capítulos son tan épicos como el del Ford GT40, un coche que no nació por casualidad, sino de un deseo ardiente de venganza y gloria en las pistas de resistencia más exigentes del mundo. Su nombre evoca velocidad, potencia y, sobre todo, victoria.

Este coche se forjó en el calor de una competencia histórica, impulsado por una ambición que llevó a Ford a terrenos inexplorados en el mundo de las carreras de élite. No era solo un coche, era una declaración de intenciones sobre ruedas, diseñado específicamente para un propósito singular: dominar a sus rivales europeos, especialmente a uno en particular.
- El Origen de la Leyenda: Un Trato Fallido y una Venganza en Mente
- La Búsqueda del Socio Ideal para un Desafío Monumental
- El Desarrollo del Ford GT: Un Equipo de Ensueño
- El Nombre: Más Allá de un Apodo
- Quién Condujo el Ford GT40: Leyendas al Volante
- El Legado y la Continuidad de Ford en las Carreras
- Preguntas Frecuentes sobre el Ford GT40
El Origen de la Leyenda: Un Trato Fallido y una Venganza en Mente
La génesis del Ford GT40 es tan dramática como sus victorias en la pista. A principios de la década de 1960, Henry Ford II, al mando de Ford Motor Company, albergaba el deseo de ver a su marca competir al más alto nivel en las carreras de resistencia. La oportunidad pareció presentarse en la primavera de 1963, cuando se difundieron rumores sobre el interés de Enzo Ferrari en vender su célebre compañía a Ford.
Según se ha documentado, Ford invirtió una considerable suma de dinero, cifrada en varios millones de dólares, en auditorías exhaustivas de los activos de Ferrari y en las complejas negociaciones legales necesarias para una adquisición de tal magnitud. El objetivo era claro: presionar para concretar la venta. Sin embargo, en el último momento, Enzo Ferrari se dio cuenta de que no podía desprenderse de la empresa que llevaba su nombre y que era el legado de su vida. Se negó a ceder, echando por tierra el acuerdo.
La reacción de Henry Ford II fue de profunda frustración y, según cuentan las crónicas, de una ira monumental. Lejos de retirarse, esta afrenta personal se convirtió en el catalizador de un proyecto mucho más ambicioso y agresivo. La orden que dio a su división de carreras fue inequívoca: encontrar o crear una compañía capaz de diseñar y construir un automóvil que pudiera competir y, crucialmente, vencer a Ferrari en las prestigiosas carreras de larga duración, especialmente en las legendarias 24 Horas de Le Mans.
La Búsqueda del Socio Ideal para un Desafío Monumental
Con la misión clara y el objetivo fijado en derrotar a Ferrari, Ford se embarcó en la búsqueda del socio tecnológico adecuado para desarrollar su futuro coche de carreras. Las negociaciones se iniciaron con varios de los nombres más prominentes del automovilismo británico de la época: Lotus, Lola y Cooper.
Cooper, aunque con historia en Fórmula 1, carecía de experiencia significativa en la creación de coches de Gran Turismo (GT) para resistencia. Además, su rendimiento en la Fórmula 1 estaba en declive en aquel momento, lo que generaba dudas sobre su capacidad para un proyecto de esta envergadura.
Lotus, liderada por el brillante pero a veces excéntrico Colin Chapman, ya era socio de Ford en el proyecto de las 500 Millas de Indianápolis. Sin embargo, los ejecutivos de Ford no estaban completamente convencidos de que Lotus tuviera la infraestructura o el enfoque necesarios para un proyecto de resistencia tan crítico. La propuesta de Chapman, además, incluyó un costo muy elevado y la insistencia en que el vehículo resultante (que eventualmente se convertiría en el Lotus Europa) llevara el nombre de Lotus-Ford, una condición que algunos interpretaron como una forma educada de declinar el liderazgo del proyecto.
Finalmente, la propuesta de Lola Cars, y más específicamente la colaboración con su propietario y jefe de diseño, Eric Broadley, fue la elegida. Lola ya había demostrado su capacidad al utilizar un motor V8 de Ford en su innovador modelo de motor central, el Lola Mk 6 (también conocido como Lola GT). Este coche era considerado uno de los bólidos de carreras más avanzados de su tiempo y había mostrado un desempeño notable en las 24 Horas de Le Mans de 1963, a pesar de no terminar la carrera debido a problemas técnicos, incluyendo una caja de cambios no óptima para la larga recta de Mulsanne.
El Desarrollo del Ford GT: Un Equipo de Ensueño
El acuerdo con Eric Broadley fue fundamental. Incluyó una colaboración personal de Broadley con Ford durante un año, sin involucrar directamente a Lola Cars como empresa, y la venta de dos chasis del Lola Mk 6 a Ford como punto de partida para la investigación y el desarrollo. Para complementar el equipo de desarrollo, Ford reclutó a John Wyer, una figura respetada que anteriormente había sido director del equipo Aston Martin. Además, Roy Lunn, un ingeniero de Ford Motor Co. que había diseñado el prototipo de motor central Mustang I (aunque con un pequeño motor V4), fue enviado desde Dearborn a Inglaterra. A pesar del modesto motor del Mustang I, Lunn era el único ingeniero de Ford en Dearborn con experiencia directa en vehículos de motor central, lo que lo hacía invaluable para el proyecto.
Bajo la supervisión general de Harley Copp, el equipo formado por Broadley, Lunn y Wyer comenzó a trabajar intensamente en el nuevo automóvil. Inicialmente, operaron desde la fábrica de Lola en Bromley. Sin embargo, hacia finales de 1963, el equipo se trasladó a una nueva instalación en Slough, convenientemente situada cerca del Aeropuerto Internacional Heathrow. Aquí, Ford estableció una nueva filial, Ford Advanced Vehicles Ltd (FAV), bajo la dirección de John Wyer, dedicada exclusivamente a gestionar y llevar a cabo este ambicioso proyecto.
La fabricación del primer chasis fue encargada a Abbey Panels of Coventry. Este chasis, el primero del proyecto, se entregó el 16 de marzo de 1964. Las molduras de fibra de vidrio para la carrocería fueron producidas por Fiber Glass Engineering Ltd de Farnham. El resultado fue el primer prototipo, conocido simplemente como Ford GT, con el número de serie GT/101. Fue presentado oficialmente en Inglaterra el 1 de abril de 1964 y poco después se exhibió en Nueva York, generando una gran expectación. El precio anunciado para el coche listo para competir era de £5,200, una suma considerable para la época.
El Nombre: Más Allá de un Apodo
Originalmente, los coches nacidos de este proyecto se denominaban simplemente como «Ford GT». El nombre «GT40» surgió como el nombre interno del proyecto para preparar estos automóviles para las exigentes carreras de resistencia. Los primeros prototipos, como el GT/101, llevaban números de serie que iban del GT-101 al GT-112. Sin embargo, a medida que la producción avanzó y se desarrollaron las siguientes iteraciones del coche (los MK I, MK II, MK III y MK IV), la designación «GT40» comenzó a aparecer en los números de serie, como GT40-P-1000 hasta GT40-P-1145. Esto, según la información disponible, desmiente la idea popular de que «GT40» era solo un apodo informal. Se convirtió, de facto, en parte de la identificación oficial de los modelos de producción posteriores.
El nombre «GT» hacía referencia a «Gran Turismo», una categoría de vehículos deportivos de alto rendimiento aptos para circular por carretera pero con capacidad para competir. El número «40» representaba la altura total del vehículo en pulgadas: 40 pulgadas, lo que equivale a 101,6 cm. Esta medida era crítica y estaba dictada por las regulaciones de participación en las carreras de resistencia de la época.
En cuanto a la motorización, un aspecto crucial para su rendimiento, el Ford GT40 utilizó motores V8 en posición longitudinal. Estos motores variaban en desplazamiento, desde 289 hasta 427 pulgadas cúbicas (lo que equivale aproximadamente a 4.7 a 7 litros). Esta elección contrastaba notablemente con el motor V12 de 3.0 a 4.0 litros utilizado por su principal rival, el Ferrari 330 P4. El primer prototipo, el GT/101, estaba propulsado por el motor V8 de 4.2 litros del Fairlane, acoplado a un eje transversal Colotti, una configuración similar a la usada en el Lola GT y en el Lotus 29 que compitió en las Indy 500 de 1963.
Quién Condujo el Ford GT40: Leyendas al Volante
La pregunta sobre quién condujo el Ford GT40 nos lleva directamente a la historia de las carreras de resistencia de la década de 1960. El Ford GT40 no fue diseñado para un solo conductor, sino para ser pilotado por los mejores talentos del mundo en las carreras más desafiantes. Equipos de fábrica y equipos privados pusieron a una pléyade de pilotos legendarios al volante de las diferentes versiones del GT40.
Aunque el texto proporcionado no lista exhaustivamente a todos los pilotos, menciona visualmente a figuras clave asociadas con el coche. Una vista trasera del Mk II nos recuerda a Ken Miles, un piloto de desarrollo y carreras fundamental para el proyecto, cuya historia y esfuerzos fueron cruciales en el camino hacia la victoria. También se menciona una réplica con el número 9 de Pedro Rodríguez, destacando su victoria con un GT40 en las 24 Horas de Le Mans de 1968, un triunfo que consolidó aún más el estatus legendario del coche.
En carreras como las 24 Horas de Le Mans, las 12 Horas de Sebring o las 24 Horas de Daytona, el Ford GT40 fue pilotado por equipos de dos o tres pilotos que se turnaban al volante durante la extenuante duración de la prueba. Nombres como Bruce McLaren, Chris Amon, Dan Gurney, A.J. Foyt, Carroll Shelby (quien dirigió el programa de carreras) y, por supuesto, Ken Miles y Pedro Rodríguez, entre muchos otros, fueron los valientes que dominaron las pistas a bordo de estos bólidos.
Por lo tanto, la respuesta a quién conducía el Ford GT40 es que fue pilotado por una galería de los mejores pilotos de resistencia de su época, confiados por Ford y sus equipos para llevar el coche a la victoria y cumplir el ambicioso objetivo de derrotar a Ferrari en su propio terreno.
El Legado y la Continuidad de Ford en las Carreras
El Ford GT40 logró su objetivo con creces, culminando en una histórica racha de cuatro victorias consecutivas en las 24 Horas de Le Mans, desde 1966 hasta 1969, rompiendo el dominio de Ferrari y grabando su nombre en los anales del automovilismo. Su impacto fue tal que, décadas después, Ford decidió revivir la leyenda.
En 2005, Ford lanzó al mercado un automóvil superdeportivo que rendía homenaje directo al clásico: el Ford GT. Este modelo moderno capturó la esencia del original con un diseño retro-futurista y un rendimiento excepcional, demostrando que el espíritu del GT40 seguía vivo. Años después, una nueva generación del Ford GT continuó este legado, compitiendo y ganando nuevamente en Le Mans en 2016, exactamente 50 años después de la primera victoria del GT40, cerrando un círculo histórico.
El compromiso de Ford con las carreras, aunque con altibajos a lo largo de las décadas, se mantiene. La información proporcionada señala que Ford Motor Company tiene planes de regresar a la cima de las carreras de prototipos de autos deportivos en el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA (FIA WEC) en 2027. Este regreso busca recapturar la magia y el éxito de las carreras de Ford de hace casi 60 años, una clara referencia al legado victorioso establecido por el Ford GT40.
Preguntas Frecuentes sobre el Ford GT40
A continuación, respondemos algunas preguntas comunes basadas en la información proporcionada:
- ¿Por qué se llamó Ford GT40?
Inicialmente llamado Ford GT, el nombre 'GT40' surgió como el nombre del proyecto de carreras. 'GT' significa Gran Turismo, y '40' representa su altura de 40 pulgadas (101,6 cm), un requisito de las normas de carrera de la época. Posteriormente, 'GT40' se usó en los números de serie de los modelos de producción, confirmando que no fue solo un apodo. - ¿Qué motor usaba el Ford GT40?
Utilizó motores V8 en posición longitudinal con desplazamientos que iban desde 289 hasta 427 pulgadas cúbicas (4.7 a 7 litros). El primer prototipo usó un V8 de 4.2 litros del Ford Fairlane. - ¿Cuál fue el propósito principal del Ford GT40?
El objetivo principal, impulsado por Henry Ford II tras un fallido intento de compra, era crear un coche capaz de vencer a Ferrari en las carreras de resistencia, particularmente en las 24 Horas de Le Mans. - ¿Quiénes participaron en el desarrollo del Ford GT40?
Figuras clave incluyeron a Eric Broadley (Lola Cars), John Wyer (ex-Aston Martin, director de FAV), Roy Lunn (ingeniero de Ford) y Harley Copp (supervisión general). - ¿Existe una versión moderna del Ford GT40?
Sí, Ford lanzó el Ford GT en 2005 y posteriormente otra generación, como sucesores espirituales y tributos al GT40 original, e incluso compitieron exitosamente en Le Mans.
El Ford GT40 es mucho más que un coche de carreras; es un símbolo de determinación, innovación y el espíritu competitivo. Su historia, nacida de una rivalidad corporativa y llevada a la gloria por equipos de ingenieros y pilotos excepcionales, asegura su lugar como una de las máquinas más icónicas y veneradas en la historia del automovilismo.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Ford GT40: La Leyenda Nacida de una Rivalidad puedes visitar la categoría Automovilismo.